Sexo en un call center | El hilo negro

Solein una chica callada, tímida, de tés clara y estatura promedio, su situación económica no era estable, tenía que pagar sus estudios, no perdía la esperanza de salir adelante poco a poco, la situación en el país era difícil, y encontrar un buen trabajo para una persona que recién empezaba sus estudios era complicado.
Ella trabajaba en un conocido call center llamado “ADENDO”, 10 horas al día, y a veces más, su paga era mala, con las justas llegaba al sueldo mínimo, pero no había de otra, una explotación total, ella necesitaba al menos algún ingreso. Muchos de sus compañeros la animaban a retirarse, pero mientras buscaba otro trabajo tenía que soportar las “oportunidades” y “comisiones” que podía recibir por la venta de perfumes.
Su pasión por los idiomas era inminente, sabía inglés, pero aún no tenía su título de intérprete, que era lo que estudiaba, diversos clientes a los cuales atendía a veces eran del extranjero, estaba cansada de que le colgaran el teléfono o le repitieran siempre la misma frase “No deseo comprar”.
Su turno nocturno era muy cansado, tenía que soportar los malestares y el estrés de la gente, pero tenía que vender, con las justas le alcanzaba para su mensualidad, solventar sus pasajes, y sus gastos personales. Sus días rutinarios de trabajo se hacían estresantes para ella, hasta que una noche de trabajo la hizo vivir algo fuera de lo que estaba acostumbrada.
— Hola, buenas noches le vengo a ofrecer distintos…
— ¿espere qué?
— Le vengo a ofrecer unos perfumes que…
— Disculpe señorita, pero no estoy interesado ya es la cuarta vez que me llaman
— disculpe señor, pero usted tiene una oferta…
tiii…. -Cuelgan el teléfono.
Las personas están hartas de que les venda perfumes, nadie me quiere comprar, pero es lo único que me queda, esta silla ya me está borrando la línea del poto, estar con tacos, falda y blusa todos los días me estresa, estoy cansada, harta, quisiera irme, llegar a mi cuarto y ser feliz con mi cama.
Tal vez si empiezo de una manera más directa y coqueta pueda vender algo el día de hoy, empezaré por la lista de lima, espero que alguien compre algo, comienzo con clientes con nombres en A, tenía fe que alguno me compre, cojo el teléfono, marco y contestan.
— Hola con … — digo
— Cállate
— ¿perdón?
— Cállate y escucha
Una voz fuerte e imponente me estaba hablando sin conocerme, el teléfono emite un silencio tenebroso, cuando de pronto se escucha unos suspiros de mujer… uhmf, uhmf, uhmf, uhmf, ay si, uhmf.
Mi mente se alertó y la curiosidad no me dejaba moverme, solo escuchaba un uhmf, y unos golpes de piel con piel que poco a poco se hacía más intenso.
— ¿estás calladita, te gusta?
Estaba entendiendo todo, entré en shock, atenué a sonrojarme, estaba una chica, gimiendo, creía que era una broma, y no sabía qué contestar, de pronto, estos sonidos ya se comenzaban a convertir en algo que mi mente lo comenzó a considerar atrayente.
— así, te gusta, ah uhmf, ah uhmf… te gusta – se escuchaba que él decía
— si uhmf, si ahí, más, ay… —ella respondía con más intensidad
— ¡responde!, parece que si te gusta, no dices nada – él se expresa de manera muy agitada
Mi mente comenzó a imaginar esa escena, de cómo podría estar pasando, tenía que colgar, pero esta sensación de impacto y curiosidad no me dejaba.
— ¿sabes?, estoy detrás de ella cogiéndola de perrito, agarrándola de las caderas y embistiéndola con mi duro pene ¿te gusta como la hago gemir ah?, ¡responde!, te gusta
La descripción de la escena dejó que mi mente viaje, imaginando a una pareja teniendo relaciones y esos gemidos hacían vivos el momento, me acomodo en la silla y cruzo las piernas, mi mano derecha jugaba con el micrófono de los audífonos mientras que la izquierda estaba posada sobre mi pierna, cada suspiro de aquella chica hacía que mis piernas se entrelacen más, mis pechos erizarse, sentía ya una sensación de cosquilleo y mi calzón hacia una fricción sobre mi pelvis, ya me comenzaba a gustar, pero todo esto era extraño, no tenía miedo y esa voz imponente, mandona y fuerte solo me hipnotizaba.
Emití un suspiro —uhmf— y me cubrí la boca rápidamente
— ¿escuché algo por ahí? – era la voz fuerte e imponente
— no – respondí tímidamente
— si eras tú, así que ya te pusiste caliente
me quedo callada
— vamos obedéceme, qué te parece si juegas con nosotros, sé que me harás caso, ya que no me cuelgas hasta ahora
— ¿estás seguro?
— si
— abre tus piernas y baja tu mano
[lock_comments] Al oír eso mi cuerpo no reaccionó, y solo atiné a escucharlo, mire a los lados, no había nadie en los cubículos de mi costado, solo al frente, tenía la seguridad que nadie me vería, mis piernas se separaron lentamente, no sabía lo que estaba haciendo, baje mi mano derecha y mi mini falda negra se subió un poco, sentí que estaba preparada para algo más.
— tócate vamos, hazlo – me indicó
no lo pensé, bajé mi mano y comencé a tocarme, grande fue mi sorpresa, mi ropa interior estaba húmeda, sin que me diera cuenta ya estaba mojada, comencé a pasar mis dedos sobre mi ropa interior negra con amarillo, un cachetero, realicé presiones, mientras que con la otra mano disimuladamente me tapaba la boca
— ¿ya lo estás haciendo?
No respondí
— tu silencio me dice que sí, vamos más rápido, hazlo rico, sé que te gusta.
Esa voz imponente me tenía dominada, comencé a hacerlo, a tocarme más fuerte, presionando mi calzón sobre mi vagina, mis ojos se cerraban, imaginaba la escena de ellos
uhmf, uhmf ay si, no pares porfis, sí, dale así, uhmf, así sigue; se escuchaba
— ahora mi novia esta encima de mí, cogiendo mi pene y moviéndose de arriba abajo – me dijo
Fue excitante saberlo, las imágenes de mi mente comenzaron a interpretar todo.
— mueve tu calzoncito y penétrate con tus deditos
— ¿qué? – respondí
— hazlo
No sabía que responder, solo proseguí a jalar la parte delgada de mi calzón que cubría mis labios vaginales al lado y en eso mi silla suena, me quedé quieta, nadie volteo, me asusté, cerré mis piernas de inmediato.
— ¿qué pasó?
— nada
— ya lo hiciste
— no, no le echo
¡— hazlo, hazme caso, !hazlo!
Me estaba gustando que me obligue hacerlo, sentir esa dominación, le encontraba un morbo que nunca antes había experimentado, era algo diferente a todo, no le dije nada, solo respiré, y abrí nuevamente mis piernas, separe mi calzón aun lado y comencé a tocarme, sentía una sensación realmente satisfactoria, estaba muy mojada, y él continuaba emitiendo gemidos, —oh si baby, uhmf, te gusta, te gusta que te folle, – se escuchaba los gemidos masculinos de satisfacción por teléfono, ella respondía – si, uhmf qué rico uhmf, uhmf, uhmf ay.
Todo se hacía realidad en mi pensamiento.
— métete el dedo y mastúrbate con violencia hasta que te vengas, respóndeme
¡si lo haré!.
¿tenía que decirlo?, solo sé que fue excitante lo que me estaba diciendo, me sentía dominada por una voz y se lo dije
— si lo haré, con voz baja
Centré mis dedos sobre mis labios vaginales, y lentamente los introduje, cerré mi boca con fuerza y comencé a penetrarme mientras mi cuerpo estaba apoyado sobre el cubículo azul, mire a todos lados nadie sospechaba, mi cuerpo estaba muy caliente, mi cara suponía que transmitía cansancio, metía y sacaba mis dedos, era delicioso hacerlo, excitante detrás de mis compañeros, escuchando gemidos de una pareja desconocida, tocándome en un lugar público de noche, no sabía lo que hacía, solo sé que me gustaba, la adrenalina de que alguien me pudiera ver me hacía temblar el cuerpo, mi vagina derrama sudor, quería retorcerme de placer mientras mis dientes seguían apretando sin cesar, mi mano sudaba y mi braga ya estaba más que mojada mientras me penetraba.
— así mi esclava, así me gustas.
Emití unos suspiros bajitos para que nadie me escuchara.-uhmf-
— así que ya estás tan caliente que te escucho suspirar vamos así, hazlo rápido,
—su voz me excitaba-

— uhmf, uhmf, oh si bebe, oh si bebe, si, que rico se siente, caliente, ya me vendré, y mi novia espera mi leche, ¿tú no la quieres ah?, vamos vente junto conmigo
Estaba desconcertada, sus suspiros masculinos me volvieron loca, perdí el control completamente, mi mano se aceleró demasiado que hacía todo lo posible por no hacer ruido de mi piel cuando mi mano golpeaba mi vagina mientras me penetraba con rapidez, pero mis compañeros ni cuenta, puesto que las llamadas los tenían ocupados, parecía que nadie escuchaba nada, mi clítoris estaba por explotar ya no resistía.
— vamos esclava vamos, ya me vengo ay, ay ah, umf oh sí que rico, me vengo, me vengo, me vengo, oh si amor, toma mi leche, tómala, así que rico
– glogloglgoglog – se escucha por el teléfono,
Imaginé que ella se la estaba comiendo, haciendo un oral exquisito mientras se la chupaba, eso me excitó tanto, me lo imaginé que desbordó una electricidad en mí, deteniéndome, sintiendo como todo mi cuerpo se contrae, muerdo mi lengua mientras mis manos tiemblan y mi fluido vaginal cae sin control, quiero gritar pero no puedo, diablos no puedo gritar, me aguanto friccionando, retorciéndome sin chocarme, agachando mi cabeza tratando de controlarme y tragarme mis gemidos de explotación, atino a bajar la cabeza y solo sentir como todo mi éxtasis sale expulsado, uhmf mierda, esto fue uf.
— ¿ya llegaste esclavita, ya?
No puedo hablar, estoy corriéndome, trato de controlarme, respirar con calma
— ¿respóndeme?
me tomo unos segundos para calmarme, ya estaba pasando
— si – respondo temblorosa y bajita
— pensé que colgarías en un inicio, pero creo que llamé tu atención
— ¿quién eres?
— soy la persona que te hizo tener un orgasmo en tu trabajo, recuerda esta vos, ya nos conoceremos pri…
Y a punto de decirle algo, cortó la llamada. La intriga se hizo más desesperante todo había pasado tan rápido, de pronto todo vuelve en sí, miro mi cuerpo, sin que me percate mi blusa estaba desacomodada, no recuerdo en qué momento me toqué los pechos, estaban duros, formados, pero mi otra mano estaba húmeda, cogí papel de mi cartera, y me limpié, mi calzón era un charco, estaba realmente mojada, me la acomodé, bajé mi falda de lo subida que estaba, me pase papel por toda la cara, estaba tratando de apaciguarme, había sido algo, algo que no me lo podía creer, me había venido en el mismo lugar donde estaban mis compañeros, en pleno trabajo y nadie se dio cuenta, lo peor de todo por una llamada de un desconocido a quien solo quería venderle un perfume. Me acomodé, me paré y fui rápidamente al baño, efectivamente sentía mi calzón mojado, era algo incómodo, le puse una toallita diaria, me lavé por completo, respiré, me miré al espejo y solo me reí, no pensé que esto me pasaría, y yo quejándome de lo rutinaria y estresada que estaba mi día, pero estaba preocupada, esa voz misteriosa, aquella voz, dijo que ya nos conoceríamos, pero era imposible, ese nombre de la lista no lo conocía.
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Comments (164)

  1. Mariana octubre 6, 2020
  2. Tatiana julio 4, 2018
  3. Roberto octubre 23, 2017
  4. Gabriela junio 22, 2017
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    • Paola octubre 8, 2020
  10. Sara S junio 19, 2017

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